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ETANOL DE MAÍZ: contribuciones socioeconómicas, precios y comparación internacional

ETANOL DE MAÍZ: contribuciones socioeconómicas, precios y comparación internacional

19 marzo, 2019

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El fomento de la producción de biocombustibles posee como objetivos la diversificación de la matriz energética, el agregado de valor a la producción primaria, la sustitución de importaciones de hidrocarburos, el impulso al desarrollo regional y la generación de empleo, entre otros impactos. Así, las contribuciones impositivas, económicas y sociales derivadas de la cadena de valor del bioetanol de maíz son importantes en términos de desarrollo local, regional y nacional.

En un contexto con dificultades para acceder al financiamiento para nuevas inversiones por las elevadas tasas, con períodos de congelamiento de precios en un contexto inflacionario, con diferencias de precios con los bienes sustitutos (entre 20% y 35% por debajo) que dificultan la competitividad, con ganancias afectadas negativamente por la devaluación y la apertura de importaciones del etanol, entre otros factores, la industria del etanol de maíz sigue persiguiendo incrementos en la eficiencia para ser competitiva, nuevas inversiones y continua haciendo aportes al desarrollo regional.

Esto se ve reflejado en que, a pesar de todas estas inclemencias, la industria operó a un 93%, cumpliendo con el cupo reglamentario, teniendo planificadas nuevas inversiones durante 2019. Si éstas se concretan, a fines de 2019 la industria contará con una capacidad instalada de 819.000 m3. Si dicha capacidad se utiliza al 100%, se podría generar un nuevo ahorro de divisas de USD 128 millones y $ 1.119 millones más en aporte tributario.  

Por todo esto, se vislumbra un futuro con horizonte promisorio para la industria del etanol, siendo necesarias las políticas públicas que brinden previsibilidad y avalen los aportes de la cadena, con el fin de que esta industria crezca cada vez a mayor velocidad, pudiendo seguir los ejemplos de países como Brasil y Estados Unidos. En estos países, la industria del etanol, con el acompañamiento de las políticas públicas de fomento adecuadas, ha logrado crecer y posicionarse explotando su potencial para abastecer el mercado interno, sustituir importaciones y contar con saldos exportables.

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