Participación del Estado en la Renta Agrícola: 73,9%
Esta participación del Estado reduce los márgenes de rentabilidad de la producción agrícola, afectando la sustentabilidad económica del productor y generando incentivos al cultivo de soja. Esto se aprecia claramente en el hecho de que a medida que se ha ido afinando la rentabilidad agrícola, se ha incrementado la superficie de soja en detrimento del trigo y el maíz. La razón radica en que cualquier tipo de empresa debe ser primero viable en términos económicos para poder ser sustentable en términos ambientales.
Los efectos en la rentabilidad y la previsibilidad que dan como resultado la combinación ROE-retenciones generan claros incentivos a que el productor deba encontrar una ecuación soja/maíz que le permita ser viable económicamente, aún en detrimento de la rotación de cultivos, la calidad de su propio campo y la productividad futura del mismo.
De un universo de 30 mediciones trimestrales del índice FADA de los últimos 7 años, el maíz habría dado resultados nulos o negativos en 7 de esas 30, prácticamente 1 de cada 4; y el trigo en 11 de 30 de esas mediciones, una de cada 3.
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